Si
permaneces mucho tiempo sentado con las piernas cruzadas o al
permanecer dormidos de un sólo lado de nuestro cuerpo, es normal que se
te duerman las piernas.
Cuando se disminuye la tensión la sangre fluye
nuevamente por las arterias, pero los nervios se recuperan a un ritmo
distinto cada uno, por lo que se registra calor en la zona, hormigueo y
pequeños calambres (como si te picaran con una aguja); estas últimas
sensaciones puedes ser un poco molestas para la persona que las siente.
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